dimecres, 27 de novembre del 2013

PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS


Una de las estrategias básicas para comepnsar las diferentes carencias que pueda presentar un niño TDAH, es la de orientar la intervención de modo que afecte a todos los ámbitos que originan dichas carencias.


 La familia, es sin duda, el primer entorno donde la educación y el desarrollo tienen lugar, es por tanto la primera unidad social de aprendizaje que tiene el niño, y el educador con su trabajo deberá conseguir que éste sea un auténtico elemento educativo y no un elemento de rechazo o sobreprotección del niño disminuido. Será pues necesaria, la existencia de un vínculo entre la familia y la escuela, dándose una estrecha colaboración que deberá apoyarse en el respeto mutuo y desarrollarse en un plano de igualdad para que sea efectiva.

El entorno y ambientes familiares actúan de tal modo sobre el niño que resulta imposible en la práctica intervenir educativamente sobre el mismo sin tenerlos en cuenta. Por otra parte, la tarea del educador no va a entenderse sin una intervención directa o indirecta en su ambiente familiar, pues el educador es un colaborador de la familia en la educación de sus hijos. Las relaciones que han de establecerse con ella han de ser tan intensas, sistemáticas y audaces como sea posible.


Bronfenbrenner (1985) expresa la necesidad de articulación y permeabilidad entre los diferentes contextos para el adecuado proceso de desarrollo-aprendizaje de todos los niños. La relación entre el contexto familiar y el escolar es clara. La escuela es el contexto institucional al que el niño accede, normalmente, después de un período de permanencia más o menos largo en el familiar, siendo ambos representativos del sistema social en que están inmersos. Ambos "medios" son básicos en el proceso de socialización, aprendizaje y educación, y por tanto, están obligados a entenderse y colaborar.

Pero si esto es importante en general, lo es mucho más si tenemos en cuenta el tipo de dificultades de la población a la que nos referimos y las peculiaridades características o circunstancias que presentan sus familias.

Según Wedell (1989), los procesos de enseñanza-aprendizaje de cualquier niño se realizan en unos contextos determinados con unos recursos materiales y humanos, como son el alumno, el profesor, el centro, la familia y la sociedad, y sobre todo, un currículo que da cuerpo y sentido a todos los elementos implicados en esos procesos, pues como afirma este mismo autor: "Hemos de considerar todos estos elementos como fuentes de apoyo, y no siempre lo recordamos". 

Tres podían ser las razones por las que padres y maestros trabajasen juntos y colaborasen: 

1.  Dar y recibir información. 
2.  Dar y recibir formación. 
3.  Colaborar mutuamente en programas y actividades relacionadas con la labor educativa que se está haciendo con su hijo/alumno. 


1. Información:
La información es el principal elemento de demanda y oferta en la relación familia-escuela. Es obvio que los profesionales docentes necesitan mucha información de los contextos familiar y sociocomunitario del alumno, así como del niño mismo. Debemos seguir unas reglas básicas en la información entre padres y profesores, estas son:
                    - La transmisión de información ha de entenderse como bidireccional.
                    - La información versará sobre todos aquellos aspectos que permitan mejorar nuestra práctica educativa y, de manera consecuente, el bienestar personal y profesional de profesores y padres.
                    - La información será veraz, exacta, suficiente y transmitida de forma adecuada.
                    - Se incluirán en el P.E.C. aquellos mecanismos que permitan cumplir esta función comunicativa de manera adecuada.
                    - Los profesionales docentes aceptarán una formación y buscarán las soluciones que a ellos les parezca más útiles para este fin.
                  - Una información positiva y constructiva será preferible a otra negativa.

2. Formación:

Muchos padres están interesados en ampliar sus conocimientos en relación con la problemática de sus hijos. Por lo tanto es necesario una información de ellos, lo cual les va a proporcionar una serie de ventajas:
                    - Favorece sus actitudes de colaboración con la escuela.
                    - Les va a permitir adquirir habilidades para ser buenos educadores de sus hijos.
Se pretende conseguir un nivel mayor de formación, de comprensión, que incida de manera teórico-práctica sobre:
                    - Las necesidades educativas.
                    - Programas específicos de evaluación e intervención.
                    - Cambios actitudinales y de opinión.
Para que se produzca una correcta formación de padres, deberá tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones:
                     - Las actividades de formación deberán formar parte del P.E.C.
                     - Implicará a cualquier profesional docente o de apoyo del centro.
                     - Partirá de necesidades detectadas.
                     - Formación bidireccional.

3. Colaboración:
Los profesores y otros profesionales necesitan en numerosas ocasiones que los padres colaboren activamente en las intervenciones o actuaciones educativas que están realizando o tienen programadas, siguiendo lo señalado en el currículo y las correspondientes o necesarias adaptaciones.


Señalaremos dos posibles situaciones de colaboración:

a) El profesor trabaja ciertos contenidos curriculares en el aula-centro y los padres los afianzan y generalizan en el contexto familiar.

b) El profesor establece junto con los padres una determinada intervención, lo que exigirá planificar y valorar juntos toda la actividad.


La colaboración ha de ser planificada. Hay que ser realistas en la exigencia de colaboración para cada familia. Esto conlleva una responsable aceptación por parte de los padres, de todo aquello que la colaboración supone, y así mismo, una responsabilidad del profesor en cuanto a la ayuda a ofrecer a esos padres.



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